La Web 3 es el próximo paso en la evolución del Internet. Con un enfoque en el usuario, la identidad digital y la conciencia sobre los datos, se ve cómo un factor determinante en el innovación financiera y tecnológica de los años venideros.
En el centro de esta transformación se encuentra la “blockchain”, tecnología que devuelve el poder al usuario, a través de la descentralización. El procesamiento de la información ya no depende de una entidad central, sino que nodos en todo el mundo validan, registran y procesan los datos, que ya no dependen de la decisión de unos pocos. A través de esta, las comunidades vuelven a tener el poder.
Junto con la blockchain, los contratos inteligentes son otro pilar fundamental de la Web 3. Estos programas autoejecutables eliminan la necesidad de intermediarios, proporcionando transparencia y seguridad. Al usar contratos inteligentes, las transacciones se realizan automáticamente una vez que se cumplen las condiciones establecidas, evitando posibles manipulaciones.
En conjunto, la Web 3, la blockchain y los contratos inteligentes están impulsando un cambio socioeconómico y permitiendo a los usuarios retomar el control de sus datos y generar un entorno digital más equitativo y seguro.
La evolución del internet
La transformación constante del internet a lo largo de los años ha dado lugar a la Web 3. Sin embargo, fue la a Web 1.0, desarrollada entre 1990 y 2004, la que marcó la primera etapa de este cambio. Antes de su aparición, existían redes limitadas como ARPANET, utilizadas exclusivamente por gobiernos, universidades y el sector militar. La Web 1.0 se distinguía por ser “solo lectura” (read-only), un espacio donde los usuarios podían acceder a información como en una biblioteca, sin posibilidad de interacción o modificación.
Ya en 2004 apareció la Web 2.0, que trajo consigo una revolución: la participación activa de los usuarios. No solo permitió crear y compartir contenido, sino que también abrió la puerta a la personalización y las redes sociales. Sin embargo, la Web 2.0 también introdujo un problema crítico: la centralización.
Las grandes plataformas comenzaron a recopilar datos de los usuarios y a depender de servidores centralizados para su funcionamiento, lo que resultó en una pérdida de control sobre la identidad y privacidad digital.
Es en respuesta a estos desafíos que nace la Web 3.0. Esta nueva fase busca devolver a los usuarios el control sobre su identidad y datos, eliminando la necesidad de intermediarios centralizados.
¿Qué es la Web 3.0?
La Web 3.0 es un internet descentralizado, donde las aplicaciones no dependen de servidores o nodos centrales. En esta versión de la web, los usuarios no solo utilizan las plataformas, sino que también ofrecen su poder de cómputo para convertirse en servidores o nodos, logrando así una verdadera descentralización. Este modelo se basa en la tecnología blockchain, que permite una red más segura y colaborativa.
Uno de los principales motivos detrás del surgimiento de la Web 3.0 es la creciente preocupación por la centralización del poder en internet. A medida que grandes empresas comenzaron a controlar vastos sectores de la información y los servicios en línea, se hizo evidente la necesidad de un cambio. Aquí es donde la blockchain y las criptomonedas entran en juego. La Web 3.0 plantea un sistema donde los usuarios tienen más control sobre sus datos y decisiones, evaluando, participando y contribuyendo de forma activa. Este nuevo enfoque se basa en tecnologías como la blockchain, que impulsa aplicaciones descentralizadas y distribuye el poder de manera equitativa entre los participantes.
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¿Qué es la blockchain?
La blockchain, o cadena de bloques, es la tecnología que hace posible la Web 3.0. Permite verificar datos, incluidas transacciones y saldos de cada usuario, de manera transparente y descentralizada.
Para visualizarla, es útil pensar en la blockchain como un registro similar al de una cartilla bancaria, donde se documentan todas las transacciones por bloques, en cada uno de los cuales se registran múltiples operaciones.
Además, cabe aclarar que existen múltiples blockchains, cada una diseñada para propósitos específicos. Por ejemplo, la blockchain de Bitcoin se enfoca principalmente en registrar transacciones de criptomonedas de manera segura y transparente. Otras, como Ethereum, permiten la creación de contratos inteligentes, que ejecutan acuerdos automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones.
Aún así, estas diferentes blockchains comparten la misma base tecnológica: la descentralización y la seguridad a través de la criptografía, lo que garantiza que los datos almacenados sean inmutables y accesibles solo para quienes tienen los permisos adecuados.
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Características de la blockchain
- Transparente: En la blockchain de Bitcoin, cada bloque se genera cada 10 minutos (aprox) y puede contener unas 2,100 transacciones. Esta información se almacena en una base de datos pública, lo que significa que cualquier persona puede ver todas las transacciones registradas, no solo las propias. Esto permite seguir el recorrido completo de las transacciones, ofreciendo un nivel de transparencia sin precedentes en comparación con otros sistemas financieros.
- Pseudónima: Cada usuario se identifica mediante un código alfanumérico único, similar a un número de cuenta bancaria, sin revelar su identidad real. Esto proporciona una capa de privacidad.
- Descentralizada: No hay una entidad central que controle la blockchain. Todas las funciones están distribuidas entre los usuarios. Esto es posible gracias al sistema P2P (peer-to-peer), donde cada usuario actúa como un nodo que puede compartir y almacenar información, tal como sucede en aplicaciones como Torrent.
Por qué la blockchain es imposible de falsificar
La seguridad de la blockchain se basa en el uso de identificadores únicos llamados hashes. Estos son huellas digitales para cada bloque que contiene las transacciones. Y cada nuevo bloque usa el hash del bloque anterior para generar el suyo, lo que crea una cadena de bloques interconectados. Esto significa que, si alguien intentara cambiar una transacción en un bloque, tendría que modificar todos los bloques siguientes, lo que es prácticamente imposible debido al enorme poder computacional necesario.
Para asegurar que las transacciones sean legítimas, la blockchain de Bitcoin utiliza un mecanismo llamado proof of work (prueba de trabajo). Los “mineros” deben resolver un complejo problema matemático, encontrando un número aleatorio llamado “nonce” que permita generar un nuevo hash. Este proceso, conocido como minería, asegura que cada bloque se cierre aproximadamente cada 10 minutos. Esto hace que cualquier intento de falsificación sea extremadamente difícil y costoso.
Aunque existen otras blockchains más rápidas, como Solana, que pueden procesar hasta 400,000 transacciones por segundo, el enfoque de Bitcoin prioriza la seguridad y la descentralización. Aumentar la velocidad de las transacciones requeriría más poder computacional, lo que podría comprometer la participación de usuarios comunes y, en consecuencia, la descentralización.
La Web 3 facilitó la creación de contratos inteligentes
Bitcoin se puede considerar como “dinero inteligente” debido a los contratos inteligentes o smart contracts. En 2015, Vitalik Buterin, a sus 20 años, se dio cuenta de que las características revolucionarias de Bitcoin podían aplicarse no solo al dinero, sino a todo tipo de información. Así, creó Ethereum.
El principal avance tecnológico de Ethereum son los contratos inteligentes: programas codificados que se autoejecutan al cumplirse ciertas condiciones definidas previamente. De esta manera, acciones que solían depender de servidores de terceros ahora se ejecutan de forma autónoma.
Características de los contratos inteligentes
- Inmutables: Una vez programado, el contrato inteligente no se puede modificar. El programa interpreta el código de una sola manera. El código no miente, una vez programado no se puede modificar, y en el caso de querer cambiar algo se debe realizar un nuevo contrato.
- Transparentes: Al utilizar la tecnología blockchain, toda la información relacionada con el contrato es visible y accesible para quienes tengan acceso a la red.
- Seguros: Los contratos inteligentes heredan la infraestructura de seguridad de la blockchain, lo que garantiza protección y confiabilidad.
Desafíos en la adopción de la tecnología blockchain
A pesar de las múltiples ventajas que ofrece la Web 3 y la tecnología blockchain, como la descentralización, transparencia y seguridad, su adopción ha encontrado cierta resistencia en diferentes sectores. Uno de los principales puntos de discusión es la escalabilidad.
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Aunque redes como Bitcoin o Ethereum demostraron ser seguras, todavía existen desafíos para procesar grandes volúmenes de transacciones de manera eficiente y a bajo costo. Además, la complejidad técnica de estas soluciones puede parecer abrumadora para quienes no están familiarizados con la tecnología, lo que plantea barreras para su implementación masiva.
Otra preocupación es el marco regulatorio incierto en muchos países, que genera dudas en torno a la legalidad y seguridad de las transacciones en blockchain. A esto se suma la percepción de que la descentralización puede facilitar el anonimato y el mal uso de la tecnología para actividades ilegales.
Sin embargo, es crucial destacar que estas preocupaciones no son insuperables. De hecho, la industria está avanzando rápidamente en soluciones de escalabilidad, como las cadenas laterales (sidechains) y los mecanismos de consenso más eficientes. Además, el marco regulatorio está evolucionando para proporcionar mayor claridad y protección tanto a empresas como a usuarios.
Conclusión
La Web 3 representa una evolución hacia un Internet descentralizado que redefine cómo se interactúa con la tecnología y abre un nuevo mercado de paradigmas comerciales totalmente distintos, en donde el foco no está en el producto, sino en el usuario . Al descentralizar el control y eliminar intermediarios, la blockchain y los contratos inteligentes protegen datos sensibles y aseguran transacciones sin necesidad de confiar en una autoridad central. Esto no solo le devuelve el poder a los usuarios, sino que también abre la puerta a nuevas formas de organización social y económica.
En Crombie, estamos convencidos de que estas soluciones representan una oportunidad para que las empresas adopten tecnologías disruptivas que transformarán positivamente el panorama comercial, allanando el camino hacia un futuro más seguro, eficiente y transparente.
muy buen articulo